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Hambre y bostezos durante el entrenamiento con pesas ¿por qué se dan?


¿Por qué me dan ganas de bostezar y/o siento hambre mientras descanso durante una serie de algún ejercicio de mi rutina con pesas, y otro tipo de rutina de entrenamiento de alta intensidad?

Cuando estamos en medio de nuestra rutina de pesas a veces sentimos ganas de bostezar y pensamos que está relacionado con el hambre.

Pon mucho cuidado porque aquí te explico con qué cosas se relacionan los bostezos durante tu rutina de ejercicios.

¿Por qué da tanta hambre cuando alzas pesas?


A veces sentimos hambre manifestada en un "vacío" y posibles sonidos que se sienten en el estómago, que va acompañado además de un pequeño o leve mareo cuando seguimos entrenando en ese estado casi que famélico.

A veces sentimos hambre manifestando lo ya mencionado y casualmente bostezamos, pero muchas veces es eso: una casualidad.

El bostezar durante la rutina de ejercicios puede deberse al hambre, al cansancio por falta de sueño, a la fatiga que siente nuestro sistema nervioso mismo que tiene que gastar mucha energía para enviar una cantidad alta de impulsos nerviosos a los músculos a través de las motoneuronas, etc.

El hambre se relaciona mucho con la fatiga producto de la merma o casi que total agotamiento de los sustratos energéticos (fosfocreatina, glucógeno intramuscular y posiblemente los aminoácidos).

Además de un bajón en las cantidades de vitaminas y minerales, mientras que los bostezos son una manifestación de una posible fatiga del sistema nervioso central, aunque también pueden ser producto de un "cansancio psicológico" por falta de motivación a la hora de entrenar.

¿Los bostezos se relacionan con bajones de energía en el organismo?


No necesariamente el bostezar se relaciona con la merma en las cantidades de reservas glucogénicas, de fosfocreatina, de aminoácidos, vitaminas y minerales, sino posiblemente a un agotamiento del sistema nervioso central como ya mencioné, mismo que debe enviar muchos impulsos nerviosos (potenciales de acción) para lograr despolarizar el sarcolema de las fibras musculares esqueléticas.

¿Para qué? Para permitir la entrada de sodio a las mismas y antes a las neuronas en sí, para que así la velocidad de respuesta y la intensidad en los procesos de contracción se den en óptimas condiciones.

El hambre se manifiesta, durante el entrenamiento, principalmente en mareos y en el "vacío" que se siente en el estómago, que se da producto de una merma considerable en los sustratos energéticos (aminoácidos, glucógeno, fosfocreatina), vitaminas y minerales.

Que al sentir hambre se sientan ganas de bostezar es algo casual, porque los bostezos se relacionan casi que únicamente a una posible fatiga en nuestro sistema nervioso.



Cuando hay fatiga del sistema nervioso central, que se manifiesta principalmente por los bostezos, se puede seguir entrenando, aunque es posible que la respuesta por parte de los impulsos nerviosos y por ende las contracciones musculares no vengan con la suficiente fuerza y/o velocidad, algo que puede hacer que no logremos entrenar al máximo.

Pero en este caso es mejor hacer algo así sea a una intensidad no superior, que no hacer algo en absoluto.

Cabe resaltar que si no se ha pasado una buena noche, si se ha salido a beber licor y por ende se ha trasnochado, etc., los mejor es no ir a entrenar, porque el grado de deshidratación ocasionado por todo lo anterior (trasnocho, consumo de licor, etc.) sumado a la deshidratación que se puede generar durante el entrenamiento con pesas, puede afectar en la presión arterial por policitemia "relativa".

Que en este caso significaría una igual cantidad de glóbulos rojos pero una merma considerable de agua en el plasma sanguíneo.

Algo así como si fuésemos en una congestión de automóviles y de un momento a otro, por arte de magia, se redujera el número de calzadas.

Así que ésto además se podría manifestar en dolores de cabeza, mareos más severos, y en casos extremos la pérdida del conocimiento.

Cuando hay fatiga por agotamiento de los sustratos energéticos, y por lo mismo se comienza a sentir hambre manifestado en el vacío que se siente en el estómago, en los sonidos o "rugidos" que hacen éste y los intestinos, y en un posible leve mareo, lo mejor es No seguir entrenando.



Parar y consumir algo de absorción rápida, como una fruta del tipo dulce para lograr aumentar los niveles de glucosa en la sangre, para luego dependiendo de cómo nos sintamos, continuar con el entrenamiento.

Pero si se sufre de diabetes, lo mejor es parar totalmente y dejar el entrenamiento para otro día, porque si se opta por consumir ese algo de absorción rápida, será mucha la glucosa enviada y asimilada que ya estará circulante en el torrente sanguíneo.

Pero no habrá insulina para permitir la entrada a las células correspondientes, así el ejercicio requiera su gasto inmediato, no es bueno porque en este caso además los diabéticos también pueden sufrir dolores de cabeza y mareos por un exceso de glucosa que altera la presión osmótica de la sangre.



Para evitar la fatiga de nuestro sistema nerviosos central durante el entrenamiento con pesas, se debe haber dormido bien, acostándose relativamente temprano, dormir las 8-9 horas requeridas.

Y para evitar la fatiga por agotamiento de los sustratos energéticos, principalmente de glucógeno intramuscular, se debe ingerir unos 40-90 minutos antes de irte a entrenar, una porción de carbohidrato complejo, una de proteína y una ensalada vegetal, porque el carbo complejo aportará de manera lenta y constante la tan necesaria e importante glucosa.

Ya si alguien no cuenta con ese tiempo, entonces puede ingerir algo de rápida absorción unos 15-20 minutos antes de iniciar la sesión de entrenamiento, pero entonces procurar que la rutina sea intensa pero no extensa.



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