¿El gluten es bueno o malo para la salud?


¿Debo o no debo comer alimentos que contenga gluten en mi dieta?

Recientemente se han realizado investigaciones que indican que la intolerancia al gluten, proteína que se encuentra presente en el trigo y otros granos, podría generar una molesta sensibilidad.

El dolor abdominal, inflamación y jaquecas leves o moderadas, son algunos de los síntomas cuando se ingiere gluten en la dieta de manera constante.

De lo anterior, cada vez son más las personas que evitan consumir esta proteína en su plan alimentario.

En los supermercados de muchos países en el mundo, se pueden observar alimentos cuya etiqueta indica "libre de gluten" (como por ejemplo el maní y la mantequilla de almendra, que carecen naturalmente de gluten). En restaurantes y panaderías también se ofrecen productos libres de gluten.

¿A qué se debe que la gente evite consumir gluten? ¿Es el gluten realmente malo para la salud?



Quienes mencionan que reaccionan de una manera negativa al consumir gluten, dicen tener síntomas como dolor abdominal, inflamación, flatulencias, diarrea, jaqueca, fatiga y dolor en las articulaciones, mente un tanto confusa e incluso problemas de equilibrio, todo unos cuantos minutos después de ingerir algún tipo de alimento rico en gluten.

Es muy probable que sí se presenten este tipo de síntomas, ya que expertos indican, previo a investigaciones recientes, que estas personas podrían estar sufriendo de una verdadera enfermedad llamada "sensibilidad al gluten no-celiaca", o SGNC.

No es que se trate de la enfermedad celiaca, enfermedad autoinmune mucho más común que puede destruir el intestino delgado.

De hecho, nadie ha notificado de manera concluyente una explicación física para la sensibilidad al gluten y sus diversos síntomas.

Estudios recientes indican que la mayoría de la gente que reacciona de manera negativa al consumo de gluten podrían tener problemas un tanto más complejos, como por ejemplo sensibilidad a una gran cantidad de alimentos que contienen algunos tipos de carbohidratos (azúcares).

En el 2011, el Dr. Peter Gibson, gastroenterólogo en la Universidad Monash de Victoria, Australia, y sus colegas estudiaron a 34 personas con síndrome de colon irritable que no presentaban la enfermedad celiaca pero que presentaban reacciones negativas hacia el trigo, que es un grano rico en gluten.

Los investigadores concluyeron que podría existir la sensibilidad al gluten no-celiaca.

Sin embargo, muchos de estos sujetos aun tenían síntomas siguiendo una dieta libre de gluten, lo cual impulsó un segundo estudio de 37 pacientes con síndrome de intestino irritable y sensibilidad al gluten no-celiaca, a los cuales se les asignó al azar una dieta de dos semanas baja en algunos tipos de hidratos de carbono.

Todos los pacientes en la dieta parcial mejoraron, pero empeoraron de manera considerable cuando fueron alimentados con gluten o proteína de suero de leche.

Tan solo el 8% de los participantes reaccionó específicamente al gluten, impulsando a los investigadores que algunos carbohidratos, y no el gluten, representaban la mayor parte del peligro.

Las personas con el síndrome de intestino o colon irritable usualmente descubren que sus síntomas disminuyen la intensidad o desaparecen totalmente cuando se evitan alimentos ricos en algunos tipos de carbohidratos; sin embargo, puede necesitarse de 6 a 8 semanas con una dieta baja en este tipo de azúcares, glúcidos o hidratos de carbono, para ver una considerable mejoría.

Al principio, los expertos aconsejan que este tipo de personas eliminen todos los alimentos ricos en los azúcares que más abajo se mencionarán.

Una vez que los síntomas desparecen, se vuelven a consumir algunos alimentos individuales a la dieta, uno a uno para identificar a cuáles reaccionan los pacientes.

¿Qué alimentos se deberían evitar para evitar molestias digestivas?





Fodmap es el acrónimo de aligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables, azúcares que atraen agua al interior del tracto intestinal.

Pudieran, algunos, ser mal digeridos por algunas personas o absorbidos y convertirse en "forraje" para algunas bacterias que habitan en el colon, lo cual produce flatulencias y podría causar aflicción abdominal.

Cabe destacar que se deberían eliminar o reducir su consumo cuando la persona presenta los síntomas mencionados a través del artículo, para destacar si su "problema" es con el gluten, o con algunos de los siguientes carbohidratos:

Fructosa: la fructosa siempre termina siendo convertida en glucosa (no es que la glucosa sea mala, ya que es muy necesaria para la salud) por las células epiteliales del intestino delgado.

Este es un azúcar que se encuentra en las frutas como la pera, manzana, sandía, mango, uva, mora, tomate, entre otras, así como los frutos secos; vegetales como guisantes, pimentones dulces y pepinillos; miel, agave y mermeladas, aderezos y bebidas hechas con jarabe de maíz alto en fructosa.

Y no es que se mala, pero en algunos, raramente, puede producir los síntomas. Aunque a veces se puede deber al consumo exagerado de las frutas y/o su mezcla de una sola con otros alimentos, lo cual ocasiona que la fibra que éstas contienen sea la que comience a fermentar en el estómago, causando molestias como flatulencias, llenura, etc.

Lactosa: azúcar presente en la leche de vaca, cabra y oveja, presente en las cremas de helado, quesos suaves, crema sour y nata.

Algunas personas carecen de la enzima lactasa para poder digerir este azúcar, y algunas aún con esta enzima, pueden sentir las molestias relacionadas con el colon irritable.

Fructanos: fibra soluble que se encuentra en los plátanos, ajo, cebolla, puerro, alcachofa, espárragos, remolacha, trigo y centeno. De nuevo repito: no es que sea malo, sino que su consumo excesivo y en algunas personas, no en todas, se pueden presentar molestias debido a su ingesta.

Galactanos: azúcares complejos (de lenta absorción) prominentes en guisantes secos y judías, semilla de soja, leche de soja, brócoli, col y col de Bruselas.

Poliolos: Los alcoholes del azúcar (endulzantes) isomalto, manitol, sorbitol y xilitol, presentes en frutas con hueso o pepa como el aguacate, cerezas, melocotones, ciruelas, y albaricoque. Recordar que lo malo es su excesivo consumo, y el hecho de que en algunas personas se pueden presentar reacciones negativas.

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