El corazón y el ejercicio: ¿cómo hacer ejercicio mejora la salud del corazón?


La influencia del ejercicio físico sobre el sistema cardio vascular. En este artículo se explicará la relación que existe entre el corazón y la práctica de ejercicio físico.

Independientemente del nivel de entrenamiento previo, la resistencia cardiovascular de una persona puede mejorar a cualquier edad con la práctica regular de ejercicio. Algunos tipos de ejercicio son más efectivos que otros para mejorar la salud del sistema cardiovascular.

El ejercicio aeróbico y su efecto sobre la salud cardio vascular


El ejercicio aeróbico (Ritmo cardíaco hasta o menor a las 150 pulsaciones por minuto), es excelente para mejorar precisamente esa condición aeróbica, es decir el transporte de oxígeno hacia las distintas células, principalmente las fibras musculares esqueléticas, para optimizar la movilización de ácidos grasos ("quema" de grasa) y para mejorar la recuperación (resíntesis de ATP), cuando por ejemplo se practican ejercicios físicos o deportes de tipo intenso (anaeróbicos).

Es recomendable que se practique un tiempo prudente (20-40 minutos) de ejercicio aeróbico, según el nivel de cada persona, por lo menos cuatro veces por semana para mejorar la salud del sistema cardiovascular.

Caminata rápida, correr, montar en bicicleta, nadar, etc., son ejemplos de ejercicios aeróbicos, claro está si se mantiene el ritmo cardíaco hasta o por debajo de las 150 ppm (o hasta o por debajo del 70-80% de la frecuencia cardíaca máxima de cada persona), ya que al sobrepasar este límite el ejercicio pasa a convertirse en mixto (aeróbico-anaeróbico) o solamente anaeróbico, en donde se trabajan mecanismos energéticos diferentes y se estimulan las fibras musculares de contracción rápida.

Y no es que sea malo hacer ejercicios anaeróbicos. Ya está en cada persona si solamente decide dedicarse a este tipo de ejercicios y alternarlos entre aeróbico-anaeróbico. Para aquellos y aquellas que entrenan con pesas, por ejemplo, lo mejor sería hacer el anaeróbico (las pesas) combinado del aeróbico, bien sea justo después de las pesas o en otra hora del día.


El ejercicio sostenido aumenta la demanda muscular de oxígeno. Que dicha demanda sea satisfecha o no depende de la adecuación del gasto cardíaco y del funcionamiento correcto del sistema respiratorio.

Luego de varias semanas de entrenamiento, una persona saludable aumenta su gasto cardíaco máximo y, por consiguiente, aumenta la oferta distal de oxígeno a los tejidos. La oferta distal de oxígeno también aumenta porque los músculos esqueléticos desarrollan más redes capilares en respuesta al entrenamiento de largo plazo.



El ejercicio de tipo anaeróbico y su efecto sobre la salud del corazón y sistema vascular


Durante la actividad física o ejercicio físico intenso o anaeróbico (ritmo cardíaco mayor a las 150 pulsaciones por minuto), un atleta bien entrenado puede lograr un volumen minuto (gasto cardíaco) igual al doble del de una persona sedentaria, en parte debido a la hipertrofia (agrandamiento) cardíaca producto de los entrenamientos.

Aún cuando el corazón de una atleta es más grande, el gasto cardíaco de reposo es el mismo que el de un sedentario debido a que, si bien aumenta el volumen sistólico, disminuye la frecuencia cardíaca basal. La frecuencia cardíaca de reposo de un atleta entrenado es de 40 a 60 ppm (bradicardia de reposo).



La práctica regular de ejercicio físico también ayuda a disminuir la presión arterial, la ansiedad y la depresión.

Aunque algunas personas que practican ejercicios con las pesas podrían a llegar a presentar "subidas normales" de la presión arterial. También ayuda a controlar el peso graso y aumentar la capacidad para disolver coágulos sanguíneos por aumento de la actividad fibrinolítica.

Ayuda para corazones insuficientes





A medida que el corazón se torna insuficiente, el paciente pierde la capacidad de realizar ejercicio, o hasta incluso las tareas cotidianas más sencillas.

Existe una gran variedad de técnicas quirúrgicas y dispositivos médicos que pueden ayudar a un corazón insuficiente.

Para algunos pacientes, aumentos de hasta el 10% en el volumen de sangre eyectada de sus ventrículos puede significar la diferencia entre la postración y una movilidad limitada. Los trasplantes cardíacos son comunes hoy en día y tienen buenos resultados, pero la disponibilidad de donantes es muy limitada.

Los trasplantes cardíacos son comunes hoy en día y tienen buenos resultados, pero la disponibilidad de donantes es muy limitada. Hay 50 potenciales receptores por cada uno de los 2500 corazones que se donan cada año en Estados Unidos, por ejemplo.

Otra posibilidad es el uso de los dispositivos de asistencia ventricular mecánica y procedimientos quirúrgicos que aumentan la función cardíaca sin extirpar el corazón.

Finalmente, los científicos siguen desarrollando y perfeccionando corazones artificiales, dispositivos mecánicos que reemplazan completamente las funciones del corazón natural.

Durante la década de los años 1980 varios pacientes recibieron un corazón artificial Jarvik-7, el cual utilizaba una fuente de energía externa para el funcionamiento de una bomba interna de aire comprimido.

En 1990, la FDA prohibió el uso de este dispositivo debido a los persistentes problemas que generaban los coágulos sanguíneos, produciendo accidentes vasculares cerebrales isquémicos y porque el tubo torácico favorecía el desarrollo de infecciones.



Más de una década después, en Julio de 2001, se implantó el primer corazón artificial completamente interno, denominado Corazón de Reemplazo Implantable AbioCor.

Está hecho de titanio, plástico y resina epóxica, pesa 1Kg y es alimentado por una batería que se lleva externamente pero sin cables que atraviesen la piel. Bombea sangre alternativamente desde el lado izquierdo y luego desde el derecho del corazón.

El riesgo de infección es mucho más bajo que con el Jarvik-7, debido a que no necesita una comunicación permanente del tórax con el exterior.

La esperanza de vida del primer receptor era de poco más de un mes, debido a que presentaba insuficiencia cardíaca congestiva, insuficiencia renal y diabetes.

Sin embargo, luego de la cirugía vivió 151 días, con una calidad de vida que le permitió dar entrevistas hasta realizar un viaje de pesca. Murió debido a una hemorragia interna y falla multiorgánica no relacionadas con el AbioCor. Desde Julio de 2001 muchos otros pacientes han recibido el corazón artificial implantable Abio Cor, y su uso es objeto de atento cuidado.

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