Riesgos para la piel a la exposición solar y cuidados a tener en cuenta


La incidencia de cáncer de la piel está aumentando conforme la gente toma el sol sin considerar los riesgos que puede ocasionar. Se suele ir a la playa sin utilizar un buen bloqueador solar que proteja la piel de los rayos UVA y UVB.

Los cambios extremos de temperatura pueden ocasionar en la piel graves consecuencias. El hecho de que el calor deshidrate más rápido la epidermis y de que la sudoración aumente la humedad, volviéndola más proclive a infecciones, hace que en la temperatura de verano los cuidados sean mayores.

La exposición constante al sol es la mayor causa de cáncer de piel


Según la organización mundial de la Salud, la causa primaria de cáncer de piel es la exposición a las radiaciones ultravioleta de la luz solar, aunque en pequeña cantidad son beneficiosas para las personas ya que desempeñan una función esencial en la producción de vitamina D.

En temporadas de mucho calor debe reducirse el consumo de carnes y priorizarse el consumo de frutas y verduras, alimentos ricos en vitaminas antioxidantes como la A, C y E.

Esta última es una de las más importantes para el cuidado de la piel, ya que previene la degeneración celular, ayuda en el proceso regenerativo en caso de cicatrices y acné y contribuye al aumento del flujo sanguíneo en la piel.

Esta vitamina está presente en aceites, frutos secos, en pescados y camarones, en vegetales como el brócoli, la espinaca, los espárragos, el tomate o la zanahoria.

Y, por supuesto, también es recomendable beber mucha agua. Después de haberse expuesto al sol o al agua clorada de una piscina es necesario darse una ducha para hidratar y limpiar la piel.

¿CÓMO APLICAR EL BLOQUEADOR SOLAR?


El uso de bloqueador no debe limitarse solamente a los días de playa o de piscina. Se debe aplicar diariamente incluso cuando se está en espacios internos, expuesto a luces fluorecentes. Se recomienda siempre un mayor facto de protección solar.

Este debe ser elegido de acuerdo con el tipo de piel. En general, se aconseja usar como mínimo uno con 15 de FPS. Además deben aplicarse 30 a 45 minutos antes de iniciarse a la exposición al sol, ya que son eliminados por el sudor y el agua.

La única diferencia entre un bloqueador factor 15 y un factor 100 es el tiempo que dura el efecto de protección. Quien usa factor 15 debe aplicárselo 6 veces al día, y quien prefiere un factor 100 necesita usarlo unas cuatro veces al día.

Hay que tener especial cuidado con los niños, quienes son los que prestan menos atención al sol. Hay que aplicar bloqueador cada vez que se tenga contacto con el agua.

LA LIMPIEZA DE LA PIEL TAMBIÉN CUENTA.

La limpieza diaria debe realizarse con productos suaves que no alteren el manto ácido de la piel, que no irriten ni sean muy perfumados, pero ayuden a eliminar la grasa y suciedad acumuladas. Además se deben utilizar materiales que no raspen ni froten fuertemente la piel.

Es importante no compartir toallas con otras personas y secarse los pliegues de la piel correctamente, para evitar así la aparición de micosis superficiales.

El vestuario es importante para proteger tu piel contra los rayos del sol


Si bien es cierto que cuando hace calor y el día esta soleado siempre solemos tratar de andar con la menor ropa posible, esto es un grave error, sobre todo en el caso de aquellas personas que utilizan camisas de manga corta o sin mangas.

¿Por qué? Porque simplemente estaremos exponiendo una mayor área de nuestra piel a que sea atacada por los poderosos rayos UVA y UVB del sol.

El área del cuello, la cara, el pecho y los brazos son las más perjudicadas. Por esta razón es que suelen ser las primeras zonas en mancharse o en irritarse de forma alarmante.

Es muy importante que cuando durante el día (aun si no es verano) utilicemos protección principalmente para la zona de nuestra cara, no solamente por nuestra piel sino también para proteger nuestros ojos del terrible daño de los rayos solares.

Un sombrero amplio que cubra gran parte de nuestra cabeza y rostro, una buena untada de bloqueador solar y unas gafas con protección UV será lo ideal para andar al aire libre tanto en días de verano como en día lluviosos en donde los rayos del sol también nos pueden afectar.

La hidratación es otro factor clave para disminuir los daños provocados por el sol


Cuando hace calor nuestro cuerpo tiende a perder mucha agua y minerales electrolitos. También se pierden algunas vitaminas hidrosolubles (principalmente la vitamina C) y otras del tipo liposolubles de carácter antioxidante como la E.

Por eso es que cuando camines bajo el sol es importante que al menos puedas estar tomando constantemente sorbos de agua. Si puedes tomar una bebida que contenga además de agua minerales electrolitos y vitaminas antioxidantes seria genial, como por ejemplo un zumo de frutas.

PERO... sin azúcar. El azúcar en exceso daña tu piel. El azúcar en exceso te envejece por los efectos de glucación. Así que intenta que los zumos de frutos y otras bebidas que consumes no tengan azúcar refinada.

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